Los procesos de fabricación que conocíamos hace 20 años, hoy en día han quedado obsoletos. La tecnología avanza para ayudarnos a refinar el proceso productivo, y es de esta innovación de donde sale el concepto de las fábricas inteligentes.
Apoyándonos en las nuevas tecnologías, la industria ha evolucionado para ofrecer soluciones más eficientes y estables hasta límites nunca antes conocidos.
Una fábrica inteligente la podemos definir como aquella factoría que aplica automatización (tecnología) en su proceso productivo a tiempo real. Esto permite que la fábrica se adapte a las condiciones cambiantes del entorno industrial, a establecer un modelo flexible de producción y sobre todo a aumentar la eficiencia de la maquinaria industrial.
La aplicación de inteligencia artificial se aplica en los procesos productivos de una industria para detectar y corregir errores, optimizar los procesos de producción, reducir los costos y, sobre todo, aumentar la productividad.
Las empresas no solo pueden utilizar los datos para detectar errores, sino también para analizar todo el flujo de la producción y detectar tiempos muertos, para lo cual es necesaria la inteligencia artificial. Por ejemplo, los datos recolectados en una planta de tratamiento pueden ser analizados para detectar qué tienen en común los procesos que más demoran el flujo y corregirlo.